Dibujo, gesto y proyección
Dibujo plano, dibujo en volumen, dibujo en proyección y gesto expresivo frente a estéticas hiperdigitilizadas
El dibujo1 y el gesto expresivo son algunos de los elementos de particularización y de sustrato material de estas obras, que entregan el carácter individual de huella y firma material, además de una intencional selección de registro para la interpretación de la realidad.
El intento es redescubrir lo matérico de los recursos pictóricos sencillos, ordinarios, desde el tratamiento digital, la proyección y la alta definición. El rescate digital de una suerte de “pintura por el tiempo”, o daño del material por productos químicos, el sol y la humedad. Al digitalizar cartones, tintas, pinturas, pedazos de diario, trazos, etc. expuestos a la “pintura por el tiempo” adquieren papel evocativo, planteando relecturas fuera de contexto, situando estos elementos en otro estado, sobreviviendo2 la materia de la inundación de estéticas hiperdigitalizadas3.
La experimentación con la proyección también continúa con los esfuerzos desdigitalizadores. Las obras en proyección no son el simple escalamiento del digital de pantalla sobre una superficie plana y blanca, la proyección es sobre materialidad expresiva, sobre volumen, sobre color, mancha y trazo. Los elementos son proyectados sobre sus mismos elementos materiales, reuniendo obra y proceso en una misma proyección, fusionando la imagen real con la virtual, confundiendo la percepción y recontextualizando la proyección. Visualidad y visualidad virtualizada en un mismo momento en continuidad de lectura4.
Detalles de “Jinete Azul” que ilustra el fenómeno de proyección de cartón sobre cartón, fusionando imágenes físicas “reales” y virtuales.
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[1] Resulta relevante destacar los conceptos de “dibujo” de Roland Barthes “El carácter codificado del dibujo aparece en tres niveles: en primer lugar, reproducir mediante el dibujo un objeto o una escena, exige un conjunto de transposiciones reguladas; la copia pictórica no posee una naturaleza propia, y los códigos de transposición son históricos (sobre todo en lo referente a la perspectiva); en segundo lugar, la operación del dibujo (la codificación) exige de inmediato una cierta división entre lo significante y lo insignificante: el dibujo no reproduce todo, sino a menudo, muy pocas cosas, sin dejar por ello de ser un mensaje fuerte. La fotografía, por el contrario, puede elegir su tema, su marco y su ángulo, pero no puede intervenir en el interior del objeto (salvo en caso de trucos fotográficos). En otras palabras, la denotación del dibujo es menos pura que la denotación fotográfica, pues no hay nunca dibujo sin estilo.” (1986, p.39).
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[2] Sobrevivencia absurda, sin salvación, paradojal; al digitalizar “la materia” se convierte en código binario “hiperdigitilizado”, por lo tanto el intento de rescatar la matertia resultaría ser solo una recreación, una simulación de la materia, un digital deshonesto que intenta ser otra cosa.
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[3] Ver en anexos las distintas obras que contextualizan esta búsqueda gestual y matérica de la expresión digitalizada.
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[4] Ver en galería “JINETE AZUL”
En las nuevas series, el dibujo parte desde el volumen y la materialidad expresiva del alambre, el fierro y el óxido. Se traza en volumen convirtiendo el dibujo en objeto escultórico que genera sombras como nuevos dibujos en proyección5.
El dibujo expresionista6 del volumen se reinterpreta en la proyección, exagerando la deformación de líneas7 y formas en las sombras. De trazo dibujado en objeto-volumen informalista8, pasa a trazo pictórico en la proyección de sus sombras, como líneas y planos en distintas valorizaciones, animados en destellos, y envolventes desde la penumbra general del espacio escenográfico.
Fragmentos de “El actor” donde se visualiza el dibujo a partir de alambre y el carácter lineal del elemento volumétrico.
En la proyección, varias facetas simultáneas9 del objeto convergen en el mismo plano escenográfico, del mismo objeto volumen aparecen distintos personajes, un solo objeto proyecta distintos dibujos, un mismo “actor” en distintos roles, en constante cambio dentro del relato. Se produce una reinterpretación de la perspectiva sobre la representación espacial en el plano, los tonos de sombras distintos en intensidad y definición, determinan los diferentes planos, sombras saturadas y definidas en los primeros planos y difusas y tenues para los planos posteriores. La relación de muchas formas entre sí permite reconocer la forma singular.
Registros de “El actor” donde se visualiza la proyección del objeto volumétrico en animaciones de dibujos planos en el muro.
El trazo inicial de un volumen dibujado, vuelve al trazo, ahora animado en la proyección10. El objeto en movimiento real se proyecta como representación de movimiento11 en la proyección animada. Movimiento real y representado, convergen. De dibujo escultórico a dibujo plano, entrando y saliendo del volumen a la escenografía, en proyecciones envolventes12 y diferidas, de “textos” espacializados ydesplazados del centro de atención, proyectados en diferentes sectores, cobrando presencia escenográfica, casi arquitectónica. El movimiento y la luz fusionan la materialidad del objeto y las sombras. Cada dibujo proyectado influye sobre su vecino por concurrencia de líneas y batallas de planos.
En estas series la expresión parte desde un objeto proyector escultórico-pictórico-escenográfico mecanizado y sensibilizado al movimiento de un otro, de vida propia pero dependiente o “pendiente de” un participante.